Protestaron contra la escasez de medicinas El Nacional 28 de febrero de 2014 Foto: Leonardo Noguera |
Lipworth & Kerridge (2013), investigadores australianos, en su artículo Why drug shortages are an ethical issue presentan una revisión bibliográfica sobre el problema de la escasez de medicamentos en los países
desarrollados y su relación con los temas
éticos y morales que deben ser
considerados por cualquiera interesado en el tema.
Los autores señalan que la escasez de
medicamentos es un problema en crecimiento con una etiología de carácter
técnico, económico, organizacional, político
y ético -que involucra la manufactura, regulación, el costo y la prescripción-.
La capacidad de los gobiernos y el equipo de salud de cumplir la obligación
moral con los pacientes y la sociedad es mermada ante una situación de escasez.
Los principios de beneficencia y no
maleficencia se opacan cuando la salud está en riesgo por no disponer de
una alternativa terapéutica equivalente o acorde a las necesidades para una
patología.
En situaciones
de escasez, los gobiernos e instituciones se ven tentados u obligados a actuar inadecuadamente al permitir la
reutilización de materiales desechables, el uso de medicamentos vencidos,
practicas de manufactura deficientes, compra de componentes o importación de
medicinas de baja calidad o de contrabando, u otorgando permisos sanitarios a
nuevos medicamentos atentando contra la seguridad. De igual forma, la asignación de recursos requiere de un
análisis ético que considere los principios de autonomía, beneficencia, no
maleficencia, solidaridad, bien común y administración. Sin embargo, sigue
siendo un desafío ya que obliga la priorización de un grupo sobre otro. En las
instituciones de salud es una obligación ética tener un plan de contingencia para
escenarios de escasez llevado a cabo a través de protocolos que involucren a
todos los actores.
Dos aspectos
apuntan al origen de la escasez de medicamentos: una conducta industrial inadecuada, en la cual detienen la
producción, permiten procesos de manufactura deficientes, no informan sobre una
posible escasez y acaparan medicamentos para venderlos luego a mayor precio; y asuntos sistémicos de carácter económicos y
regulatorios, los bajos precios de las medicinas genéricas y su
competitividad presionan a los productores a reducir los costos y eventualmente
detener la producción contribuyendo con la escasez, por otro lado, la
complacencia de nuestra sociedad al dejar actuar al mercado contribuye a la
aparición de incentivos perversos como los laboratorios que comercializan dos
marcas de un producto y su genérico, reduciendo la producción del genérico y
aumentando la demanda hacia la marca más lucrativa.
Las
estrategias para prevenir la escasez requerirán reformas políticas, económicas
y legislativas, cooperación nacional e internacional, transparencia y trabajo
en equipo.
A partir de lo expuesto por lo autores podemos observar que el problema de la escasez de medicamentos no solamente afecta a países en vías de desarrollos y que los aspectos
éticos alrededor de la escasez de medicamentos involucran a diferentes actores:
el equipo de salud debe decidir, actuando
siempre bajo el principio de beneficencia y no maleficencia, sobre el
tratamiento de un paciente entre las opciones disponibles aunque no sean las
que se ajustan a sus necesidades; las
instituciones de salud deben hacer un manejo ético de los recursos sin
descuidar la calidad y seguridad de sus insumos y procesos por la cantidad o
disponibilidad de los mismos, de igual forma deben prever estrategias para
actuar frente escenarios de escasez; las
industrias deben desarrollar los procesos bajo los mayores estándares de
calidad para elaborar un bien insustituible, el medicamento, sin dejarse
arropar por la sombra del lucro y el mercadeo; por último, los gobiernos tiene la obligación moral de garantizar a su población
el acceso a la salud de forma asequible, prevenir la escasez de medicamentos
promoviendo políticas para tal fin de común acuerdo con todos los actores
involucrados bajo los principios del bien común para la sociedad y priorizando
los intereses de la población sobre los personales y/o de grupos económicos.
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